Los materiales de alta tecnología se caracterizan por unas elevadas prestaciones que favorecen la innovación en ámbitos muy especializados. El kevlar, el aluminio transparente, el grafeno o el borofeno son solo algunos de los materiales que, por sus propiedades y comportamiento, han hecho posibles avances en sectores tan diversos como la electrónica, la medicina o el textil. A esta familia pertenecen también los whiskers de zafiro, desarrollados en el Instituto de Cerámica de Galicia y comercializados en exclusiva por Neoker, una empresa que tuvo su origen en la Universidade de Santiago de Compostela (USC). Los whiskers de zafiro fueron el primer material creado por una entidad gallega en incorporarse a la Materioteca de Galicia.
Hace ya mucho tiempo que la cerámica dejó de ser un material asociado únicamente a los utensilios domésticos y a la decoración. La loza, la porcelana y el gres conviven hoy con los ladrillos refractarios –utilizados en el interior de los hornos por su resistencia a altísimas temperaturas– o las electrocerámicas –usadas por ejemplo por la NASA en el transbordador espacial Challenguer para protegerlo en el aterrizaje–.
Sus propiedades sitúan a los materiales cerámicos en una posición de ventaja frente a metales y plásticos, dado que no son combustibles ni se oxidan y son muy resistentes a la corrosión y la erosión, entre otras.
La singularidad y proyección de estos materiales condujeron en 1990 a la fundación del Instituto de Cerámica de Galicia por parte de la USC, con la misión de avanzar en la larga tradición investigadora de la institución en este campo y su conexión con la empresa.
En estas tres décadas han salido de allí varias spin-off que fabrican implantes óseos personalizados, fibras minerales a partir de residuos de piedra y whiskers de zafiro. Estos últimos inauguraron la nómina de materiales gallegos de la Materioteca de Galicia y, 15 años después de su salida al mercado, siguen siendo los únicos que se comercializan en todo el mundo.
Los whiskers de zafiro son materiales cerámicos en forma de fibras monocristalinas de alúmina cristalizada y libres de defectos. Su dureza, su estabilidad térmica y química, su altísima resistencia a la oxidación y a los ácidos y, sobre todo, un punto de fusión que supera los 2.000ºC les han abierto las puertas del mercado en los sectores aeroespacial y de defensa. Su uso en estas industrias es principalmente el refuerzo estructural de resinas compuestas o composites, lo que abarca desde motores de aeronaves espaciales hasta chalecos y vehículos antibalas.
Este material avanzado se lanzó al mercado protegido por cuatro patentes, que preservan las ventajas competitivas de los whiskers de zafiro frente a los de carburo de silicio, vulnerables a la oxidación. Neoker –del griego, nueva cerámica–, la spin-off de la USC que inició su comercialización desde Galicia, es hoy una empresa radicada en China que no tiene competencia a nivel mundial.
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