Después de nuestros dos últimos informes, llegamos al tercer informe de esta serie: “Sostenibilidad y circularidad de los materiales: Uso y distribución”. A diferencia de tener un origen sostenible o reciclarlo cuando lo vamos a tirar, la sostenibilidad en el uso es un aspecto de los productos que muy poca gente tiene en mente. Y es que, aunque muchos no lo crean, el uso sostenible es aquel que tenga el potencial para satisfacer nuestras necesidades de manera eficiente, desde la perspectiva de salud, medioambiental y/o económica.
En este artículo nos centramos en dos recubrimientos innovadores que pueden hacer nuestra vida más fácil, que mejoran la experiencia del usuario y que son herramientas que en un futuro podríamos implementar en nuestras vidas.
Invisiprint, NBD Nano
El primer recubrimiento del que hablaremos hoy ha sido bautizado como “Invisiprint”, que literalmente significa “huella transparente” en castellano. Y es que, efectivamente, este recubrimiento extremadamente fino y ópticamente transparente, permite ocultar las huellas dactilares en las superficies de los productos. ¿Cuántas veces hubiéramos pagado por que nuestras gafas no estuvieran siempre llenas de huellas?, ¿o que nuestras mesas de cristal estuvieran siempre limpias?, ¡y ni hablar de la pantalla del teléfono!
Este recubrimiento emplea una tecnología basada en silano, para adherirse al vidrio, metal o plástico, siendo lo suficientemente duradero para resistir al desgaste a largo plazo. Las propiedades oleofílicas (que absorbe aceites rápidamente), en lugar de evitar la deposición de los aceites de los dedos, permiten al material extender el aceite de la huella permitiendo que pase la luz sin impedimento alguno, lo que hace que las huellas sean imperceptibles bajo la mayoría de los ángulos de visión. Además, las propiedades hidrofóbicas, le dotan de propiedades para que la limpieza del material sea más fácil de limpiar.
Recubrimiento conductor, CTAG
Este recubrimiento es un conductor térmico y eléctrico a base de agua. Además, posee propiedades radiantes y sensoriales, respeta las propiedades del material en el que se aplica y puede aplicarse sobre cualquier superficie, siendo su aplicación principal el sector de la automoción. Más concretamente, para el uso en el vehículo eléctrico.
Como muchos sabréis, los coches de combustión, mediante las reacciones que suceden en los motores térmicos, emiten altas cantidades de calor, que permiten calentar los asientos sin realizar grandes esfuerzos. Sin embargo, los coches eléctricos, al no contar con este calor residual, necesitan generar el calor necesario para lograr este confort térmico de manera alternativa. La única opción restante sería hacerlo mediante el uso de las baterías, lo que disminuiría significativamente la autonomía del vehículo.
Aquí es donde entra el recubrimiento conductor desarrollado por el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG). Este recubrimiento consta de unos conectores específicamente diseñados para no dañarse por el uso. Los conectores están creados a partir de electrodeposición, haciendo que sea muy sencilla su aplicación. Adicionalmente, este recubrimiento podría usarse sobre superficies radiantes para evitar la formación de hielo en aerogeneradores o componentes aeronáuticos externos.